Mi cicatriz es un apego
- Irene M.B.
- 18 nov 2020
- 2 Min. de lectura
Cuando te dejé, cuando me fui, no hubo nada luego. Sólo una larga noche que llenar. Lili
Título Cet autre hiver ❙ Dirección Margo Brière Bordier ❙ Género Drama/Cortometraje ❙ País Francia ❙ Año 2020 ❙ Duración 25 min
El aire gélido de un invierno salado enmarca dos líneas paralelas, dos mujeres que se conocieron, se evitaron y tras veinte años devienen extrañas. La historia compartida de Cet autre hiver huele a mar, tabaco y lágrimas de reencuentro. Porque el olvido no ha funcionado y ambos caminos ahora han decidido cruzarse de la manera más brusca posible, pero también la única con sentido; la historia no quiere repetirse pero comparte traumas y entrañas. Hablamos de la relación triangular entre una madre, una hija y un abandono. ¿En qué lugar queda la maternidad que no sigue su curso?

El cortometraje nos plantea un proceso emocional que según convenciones sociales se cortó después del parto. Lili fue madre gestante, decidió abandonar a su hija y continuó alejándose de su maternidad en el sentido más físico de la palabra. Sólo una cicatriz le recuerda que alguien estuvo allí: ella lucha contra la huella de la maternidad rechazada. La complejidad de la trama radica en que, tras un periodo de desconocimiento mutuo, la que habitó su vientre -Nina- ha decidido tirar del cordón umbilical y buscar con urgencia el origen de su soledad. Nina quiere encontrar a su madre a sabiendas de que su relación comenzó en un final.
Su objetivo es averiguar de qué cuerpo procede, no enmendar una situación sin arreglo. La protagonista nos deja claro que se mueve por la curiosidad y el miedo, y nos explica por qué ahora, cuál es el detonante de su determinación. Descubrimos aquí a una Lola Dueñas en el papel materno que lejos de dejarnos impasibles nos cala hasta los huesos como la niebla constante que empapa la producción. La estética, tan gris entre lazos palpitantes, nos recuerda a otro filme protagonizado por la misma actriz, Viaje al cuarto de una madre (2018). A un lado y al otro de la cama ambos personajes, dos extremos del rol de madre: si en el largometraje vemos un apego exigente y demandante, en el corto reina una distancia conflictiva.
'Cuando te dejé, cuando me fui, no hubo nada luego. Sólo una larga noche que llenar. No hubo trsiteza, ni alegría, pero me sentía bien', explica Lili a su hija en un punto de inflexión audiovisual en el que nos podríamos haber esperado un largo monólogo confesional. Sin embargo, la escasez de guion actúa a favor de la evasión del cliché, tanto de la figura de la madre arrepentida y sufriente como de la mujer insensible que no ha aceptado el trauma de una decisión. Lili es contradicción y complejidad, así como lo es Nina. El lazo de sangre no se ha construido y parece que ambas asimilan su vida teniendo presente esta carencia, que agota pero no mata. Igual que vinieron se van, siempre se mirarán a través de un cristal.
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